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Mundo Textil Págs. 52 a 55 / Suplemento especial ITMA |
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La industria textil en Argentina
Una síntesis de la evolución de la industria textil argentina en los últimos años. Su afianzamiento a partir de 2002. Los logros obtenidos y los aspectos que aún se deben mejorar. Análisis de los diferentes sectores que componen la cadena de valor.
R EGIÓN
“El mercado de confecciones del Mercosur tiene una dimensión de entre U$S 33 - 35 mil millones anuales. Aproximadamente el 80% de las ventas de prendas de vestir se realiza en Brasil, un 17% en Argentina y un 3% en Paraguay y Uruguay.
Los principales productos argentinos de confecciones son: ropa informal (26%), ropa interior (19%) y ropa de vestir para hombres (12%). La característica principal de la indumentaria argentina radica en el diseño y la creatividad, basadas en las principales tendencias europeas de la moda.
Argentina cuenta con un parque de maquinarias que le permite procesar 200 mil toneladas anuales de algodón en fibra y 150 mil de lana, en tanto que la capacidad para el 52 procesamiento de fibras e hilados artificiales y sintéticos es de 50 mil toneladas/año.
Argentina y Uruguay son importantes productores y exportadores en la cadena textil lanera (fibras, hilos, tejidos, confecciones) y, en menor proporción, en la cadena algodonera. Pero la industria de Argentina se orienta más al mercado interno -que debe compartir crecientemente con productores extranjeros, asiáticos y del MERCOSUR-, mientras la industria uruguaya tiene un perfil más exportador.
Los puntos fuertes del MERCOSUR se concentran en las “condiciones factoriales”, esencialmente costo de mano de obra y de las materias primas naturales, y también en características referidas a las estrategias de las empresas líderes y, en menor grado, a la evolución positiva de las características cualitativas de la demanda doméstica (en los estratos de ingresos más elevados)”.
NUESTRO PAÍS
La industria textil argentina ha transitado diversos ciclos económicos y se ha mostrado como un sector dinámico y pujante, que logra recuperarse rápidamente a coyunturas económicas que no le son favorables y afianzarse sólidamente cuando las condiciones
están dadas.
Desde el punto de vista políticoeconómico, el período que arrancó en 2002 y finalizará en 2012 será positivo para las industrias argentinas por distintos factores, por lo que se pronostican cinco años más de crecimiento.
Un análisis de la industria textil actual nos indica que está trabajando al 75% de la capacidad instalada, empleando aproximadamente 450.000 trabajadores.
El consumo en indumentaria, hogar y otros supera la producción nacional de tejidos, por lo que el 40% del mercado está cubierto por productos importados, especialmente provenientes de Brasil, China e India.
Las exportaciones de textiles en el periodo 2002-2006 crecieron un 27,6%, pero la producción nacional se orienta en un 90% al mercado interno.
Las inversiones en maquinaria superaron los 137 millones de dólares en 2006, quintuplicando los valores de 2002.
A continuación recorreremos distintos aspectos de la industria textil argentina, resaltando sólo sus principales características.
DECADA DEL NOVENTA
Durante la década del noventa, la evolución del nivel de actividad del sector manufacturero textil y confeccionista registró fuertes disminuciones.
Primero a partir de la crisis mexicana de 1995, y luego, por la recesión iniciada en 1998. A esto se suma, a comienzos de 1998, la devaluación brasileña, que introdujo una nueva perturbación en el intercambio comercial con la Argentina.
En suma, durante esta década –con un dólar estable en una relación de 1 a 1 con el peso argentino– se produjo una caída de mayor proporción en el bloque textil-confeccionista que en la industria a nivel global y, por ende, una merma en
la incidencia relativa del bloque en el agregado manufacturero. Durante este lapso se pone en evidencia una de las principales características del sector: una demanda interna muy elástica al ingreso. Por lo tanto, se convierte en una actividad muy dependiente del ciclo de la economía y altamente vulnerable a los cambios en el poder adquisitivo de la población.
DESDE 2002 HASTA LA ACTUALIDAD
Tras la devaluación de la moneda ocurrida a fines de 2001, el contexto para la industria textil mejora sustancialmente. Según cifras oficiales, entre 2002 y 2007 presenta un crecimiento sostenido, registrando un incremento del 60%.
El comportamiento experimentado ubica al bloque textil como el sector de mayor desarrollo de la industria manufacturera durante esta etapa, sin considerar el desempeño del sector automotriz que cuenta con un régimen especial de fomento. Así, la actividad textil alcanza una tasa de crecimiento anual promedio (20,2%), que prácticamente duplica a la del nivel general de la industria manufacturera (10,7%). En el período 2002-2006 el nivel general de la industria creció un 50,7% mientras que el sector textil tuvo un incremento del 108,5 %.
La importante recuperación evidenciada en la actividad textil se corrobora en los niveles de utilización de la capacidad instalada. Mientras que en el año 2002 no llegaba a operar –en promedio– a un nivel del 50%, en el período 2003/2007 el aumento de la demanda eleva el empleo de la capacidad hasta alcanzar un nivel promedio anual del 78%. La contracara es que este rango implica que algunos segmentos estén al borde de la saturación en el uso del equipamiento.
Este entorno positivo también permitió a las empresas del sector reincorporar operarios, e incluso aumentar el plantel de personal capacitado.
Argentina se caracteriza por disponer de una cadena de producción textil integrada, que va desde la obtención de fibras e hilados hasta la generación de productos textiles y la confección final de las prendas.
La disponibilidad de insumos nacionales con niveles de competitividad internacional, constituye una de las principales fortalezas y ventajas del agrupamiento sectorial en Argentina.
INVERSIONES
Para estar actualizada, la industria textil argentina debe introducir innovaciones tecnológicas incorporadas en equipamiento, manteniendo así índices de productividad equivalentes a los internacionales.
En el periodo más reciente, las inversiones realizadas por el sector textil se incrementaron desde 2002 a un ritmo promedio anual del 56%. Italia, Alemania, China, Suiza y Japón fueron los principales orígenes: sus importaciones representaron el 80% en ese lapso. Italia, China y Japón presentaron los comportamientos más dinámicos, con variaciones del orden del 41%, 31% y 8%, respectivamente. Desde Italia se importaron, principalmente, “máquinas para el revestimiento de telas”; desde China y Taiwán, “máquinas de coser”; desde Japón, Suiza y China se destacaron las “máquinas circulares para tricotar” y “máquinas automáticas para bordar”, y desde Alemania, “bobinadoras automáticas de materias textiles”.
Para 2007, el 55% de las empresas textiles, según la Encuesta Anual realizada por la Fundación Pro Tejer planea realizar inversiones productivas.
Los principales destinos de estas inversiones son la adquisición de maquinarias usadas y nuevas, como se observa en el cuadro siguiente.
EMPRESAS SEGÚN LA ETAPA DEL PROCESO
Hilados: En los últimos años se produjo una concentración de los procesos productivos. Quedó una menor cantidad de fábricas a nivel de hilados, pero con una participación porcentual igual en el total del valor de producción del complejo textil. El proceso de modernización tecnológica y reconversión productiva es liderado por el subsector de fibras e hilados, cuya estrategia ha sido reconvertirse orientando su producción al mercado externo, especialmente buscando la complementariedad a nivel regional.
Tejidos: Los fabricantes de tejidos se dividen en grandes empresas verticalizadas –como por ejemplo Sedamil, Texcom, Ritex, etc.– y firmas medianas que a partir de la compra del hilado producen y terminan sus tejidos. Como ya dijimos, en el tejido de punto se concentra la mayor cantidad de empresas nacionales, proveyendo al mercado interno y exportando una pequeña parte de su producción (entre un 5 y 10%).
Tanto la tejeduría de punto como los procesos de terminación de estos tejidos son los que generan mayor inversión y productos competitivos dentro de la industria.
En cuanto a los tejidos planos, podemos destacar la producción de denim y tejidos planos para decoración y moda, siendo estos últimos rubros los más castigados por la importación desmedida de la década de los ‘90.
Confección: El sector es actualmente muy competitivo y se caracteriza por la atomicidad de sus unidades productivas, amplia distribución geográfica con presencia en todos los centros urbanos del país, gran cantidad de pequeños productores y una alta heterogeneidad en la elaboración de productos.
El diseño es la cualidad diferencial de la confección argentina. Tomando en cuenta las tendencias mundiales, los diseñadores locales despliegan su creatividad reconocida internacionalmente.
Un conjunto de diseñadores jóvenes que despuntaron en 2000, hoy conforman las principales marcas.
Las empresas más competitivas enfrentan las actuales condiciones del mercado con nuevas estrategias de comercialización, integrando la etapa de la producción con la distribución y comercialización de los productos a los efectos de bajar los costos de intermediación.
Adicionalmente, algunas empresas ya se aventuraron a exportar a países limítrofes con importantes logros, especialmente a Chile y, en menor escala, productos de precio alto a los Estados Unidos, Japón y países de Europa.
El sector confecciones está constituido mayormente por un entramado de PyMES, varias de las cuales exhiben un marcado dinamismo, con gran impacto desde el punto de vista de la generación de empleo, sobre todo de mano de obra calificada. Implica, por ende, nuevas oportunidades en nichos de producción. También un desarrollo de la capacidad de creación y diseño de productos y marcas, y, adicionalmente, de capacidades innovadoras en las etapas de transformación y comercialización.
DISTRIBUCION GEOGRAFICA
La agro-industria textil e indumentaria abarca tres grandes tipos de productores: fibras e hilados, confección, y tejidos y sus terminaciones. En relación a fibras e hilados, la Argentina se caracteriza por la producción de materias primas de origen natural, en especial algodón y lana. La región algodonera argentina está ubicada en las provincias de Chaco, Formosa y Corrientes, con plantas productoras de fibras e hilados.
La zona lanera se sitúa en la Patagonia y tiene como característica la exportación de lanas sucias o lavadas a los más diversos países, pero casi sin procesar.
En cuanto a fibras sintéticas, la producción se asienta en pocas empresas de gran envergadura radicadas en la provincia de Buenos Aires.
Por su parte, en materia de tejidos se destacan los de punto con base de algodón. A partir de distintas políticas de promoción industrial, las empresas del sector radicaron sus plantas, principalmente, en las provincias de San Luis y La Rioja, o en la zona sur de nuestro país (Trelew). Otros polos industriales fueron ampliándose, como por ejemplo el Parque Industrial de Pilar o el parque Industrial de Flandria, en Jáuregui, entre otros.
La confección de indumentaria es la parte de la cadena que muestra mayor diversificación y cantidad de empresas. El 90% de las firmas de esta franja se concentra en la región Centro, comprendida por la Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. El empleo generado por este sector representa el 8,1% del total industrial nacional.
Existen clusters o regiones del país especializadas en tipos de producción de prendas: las zonas de Pergamino y Arrecifes (ambas en la provincia de Buenos aires) reúnen cientos de PyMES que se dedican a la producción de artículos de denim, como así también la ciudad de Rosario, en Santa Fe. Otro ejemplo es la ciudad de Mar del Plata, denominada “La Capital del Sweater”.
Fuentes: Dirección Nacional de Programación Económica Regional, Fundación Pro Tejer, Indec. (1) Trabajo realizado por Isabel Miranda (2004 – Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas) |
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UIA Noticias |
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Industriales preocupados por el avance chino en el mercado local
ACTUALIDAD INDUSTRIAL
Industriales textiles debatieron sobre la actualidad y las potencialidades de este sector clave de la producción nacional, en la Tercera Convención de la Agro Industria Textil, de Indumentaria y Diseño Argentino, que organizó la Fundación Pro Tejer, el 23 de agosto de 2007.
El peligro del aumento de importaciones chinas, la necesidad de ampliar las restricciones para superar la crisis energética, la importancia de mantener un tipo de cambio competitivo para favorecer al sector industrial y el fuerte apoyo a la reindustrialización del sector por parte del Gobierno, fueron los ejes centrales de los debates que se sucedieron en el marco de la Tercera Convención de la Agro Industria Textil, de Indumentaria y Diseño Argentino, que organizó la Fundación Pro Tejer.
En ese encuentro, el director general de Aduanas, Ricardo Echegaray, destacó que los industriales argentinos tienen en ese organismo del Estado un “aliado estratégico para resguardar el desarrollo productivo”, ya que “es un eslabón muy importante en la nueva Argentina que se viene y que garantiza las condiciones adecuadas para establecer la visión del capitalismo nacional con inclusión social”.
Respecto de de las importaciones provenientes de China indicó que, en el primer semestre del año crecieron 59% respecto de igual período de 2006, al pasar de 1.600 millones a 2.566 millones de dólares.
Sobre el mercado textil chino los panelistas de la Convención afirmaron que es considerado como el gran depredador de las industrias nacionales del resto de los países del mundo por sus bajos costos de producción.
Además, los industriales del sector textil pidieron medidas para sortear sin más sobresaltos la crisis energética y estimaron que es necesario plantear un plan de uso racional para el resto de los consumos que no sean los industriales.
Según explicaron, la industria significa sólo el 30% del consumo energético del país y el resto, tanto usuarios domiciliarios como sectores público y privado, representan el 70% restante. Por eso, pidieron que no se le aplique una restricción del 100% para un solo sector y para el resto nada.
Durante el panel sobre “Política industrial y desarrollo de la cadena de valor agro textil – indumentaria de la Argentina”, el empresario del sector y vicepresidente de la Cámara Argentina de la Indumentaria, José Ignacio de Mendiguren, remarcó la necesidad de hacer un uso racional de la energía hasta que, recién a fines de 2008, las nuevas inversio De Mendiguren defendió a ultranza el tipo de cambio alto, al relatar que “en la Argentina hubo una escuela del retraso cambiario, con la lógica financiera, que dio excelentes negocios para aquel que vendía plata. Con eso se generó la Argentina financiera importadora, un esquema que subsidió a la importación y castigó a la producción. Entender este problema hace que no nos tentemos con estas viejas recetas. La Argentina tiene un tipo de cambio que le permite tener doble superávit y alto nivel de reservas”.
En tanto, Mariano Kestelboim, economista de la Fundación Pro Tejer, hizo un pormenorizado detalle de los números del sector industrial textil.
“La productividad del sector textil creció 44% en los últimos cuatro años y la producción 109%. Se invirtieron 3.000 millones de pesos en tecnología productiva y el sector generó 221.000 empleos desde la salida de la convertibilidad”, aseguró.
Por su parte, Ricardo Rozemberg, de la Gerencia de Estrategia y Ambiente de Inversión de la Agencia Nacional de Desarrollo de Inversiones de la Jefatura de Gabinete de Ministros, explicó que el sector de la indumentaria tiene enormes posibilidades de crecimiento por la gran capacitación e innovación que muestra y que para lograr eso requiere un trabajo permanente, “como el que hace la Fundación Pro Tejer”, y remarcó que los industriales deben saber cómo aprovechar el tipo de cambio competitivo para hacerse fuertes en el mercado.
Durante la Convención Anual, los empresarios del sector textil hicieron una cerrada defensa del modelo económico actual y señalaron que el desafío para el futuro es “aumentar la inversión para generar más crecimiento y más empleo”.
El presidente de la Cámara Argentina del Sweater y secretario de la Fundación Pro Tejer, Pedro Bergaglio, y el secretario general de la Asociación Obrera Textil y socio fundador de la entidad, Jorge Lobais, remarcaron el crecimiento que experimentó en los últimos años la industria textil, elogiaron la política económica y señalaron los desafíos para el futuro del sector.
A su turno, la secretaria de Industria, Leila Nazer, ratificó que el Gobierno tiene “la firme voluntad de proteger la industria nacional” y aseguró que “de ninguna manera va a permitir que las importaciones afecten la consolidación de este modelo productivo”.
Asimismo, destacó que este modelo “tiene su eje en el desarrollo económico sostenido, que se sustenta en una integración de las cadenas de valor, en el fortalecimiento de las Pymes, y en la generación de empleo”.
En este sentido, indicó que “la inversión es clave para consolidar este modelo” y para “mejorar la eficiencia y efectividad de la industria”.
Como estrategia de defensa de la industria nacional, Nazer señaló las medidas anunciadas con el Gobierno “de protección contra las importaciones que ingresan a precios irrisoriamente bajos y que atentan contra el modelo productivo del país”.
“Cuando se detectan situaciones de competencia desleal actuamos con rapidez para evitar que los daños se profundicen”, aseguró y sostuvo que todo esto forma parte del “eje central” del Gobierno que tiene una “firme vocación de defensa en materia de su posicionamiento en el exterior”. Al respecto, recordó “la firme posición argentina en la Ronda de Doha, que también tiene su principal eje en la defensa nacional”.
Respecto de la protección de la industria textil de las importaciones chinas, el presidente de la Fundación Pro Tejer, Aldo Karagozian, sostuvo que la invasión de esos productos es una cuestión que “aunque lleve muchos años” es preciso “trabajarla todos los días”.
Asimismo, Karagozian alertó que si bien “en la Argentina el mercado de comercialización está bien atomizado, no hay que descuidarse y que por ello termine concentrado en un grupo de grandes cadenas”.
“Existe una plataforma con muy buen volumen de producción, pero igual vamos por más”, remarcó el dirigente empresario parafraseando el slogan de Pro Textil.07.
Remarcó que “hay un tema coyuntural que es China, que aunque lleve mucho años, hay que trabajarlo todos los días”, y añadió que “la concentración del mercado minorista no es un problema en la Argentina pero puede serlo”.
Otro de los conceptos compartidos por los expositores durante el encuentro fue el de que el desarrollo de marcas y tiendas propias es actualmente la mejor manera de preservar a la industria nacional de la depredación que conllevan las importaciones chinas, a precios a los que no es posible ni siquiera realizar la hechura de una prenda. |
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