07/09/2007 Clarín Pág. 32/Sección: Opinión |
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La competitividad en el largo plazo
Las medidas destinadas a restringir las importaciones desde China pueden contribuir a proteger sectores en el corto plazo pero, para el largo plazo, es necesario aumentar la competitividad de las producciones.
El Gobierno ha decidido establecer restricciones a importaciones chinas en una serie de productos como textiles, neumáticos, zapatos y otros, que considera amenazados por la competencia desleal o porque la importación está ocupando segmentos significativos del mercado doméstico.
La medida es justificada porque el bajo precio de los productos chinos no se debe sólo a las buenas prácticas productivas sino también a que se realizan en condiciones sociales que implican una competencia desleal para países con mayores derechos laborales o con mayores exigencias ambientales.
Aun así, las restricciones comerciales deben manejarse con cautela porque el Estado asiático ya dio muestras de responder imponiendo trabas a las exportaciones de países que discriminan sus productos.
Por otra parte, las medidas comerciales deben considerarse una alternativa de corto plazo y deben considerarse como una oportunidad transitoria para la renovación tecnológica y para la adopción de medidas públicas y privadas destinadas a mejorar la competitividad. De otro modo, las producciones locales ahora amenazadas seguirán siendo vulnerables y su resguardo exigirá medidas reñidas con los acuerdos comerciales y con la razonabilidad en la distribución de recursos.
Las medidas para restringir las importaciones chinas pueden contribuir en el corto plazo limitando la competencia desleal. Pero el resguardo de la producción en el largo plazo requiere medidas públicas y privadas para aumentar la competitividad.
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