¿Qué afecta a la competitividad de la industria textil?
La cadena de valor textil indumentaria de Argentina tiene una eficiencia productiva de clase mundial. Esto es producto del esfuerzo inversor de las empresas de nuestro sector que durante los últimos años han invertido más de 4.500 millones de dólares en maquinarias y bienes de capital de última generación.
Nuestras pequeñas, medianas y grandes empresas continúan apostando por el desarrollo tecnológico de sus industrias, contribuyendo a la formación en nuestro país de una infraestructura productiva textil de clase mundial.
Tenemos empresas con maquinaria de frontera tecnológica, que invierten en tecnología y desarrollos de última generación.
La combinación de maquinaria moderna con la alta capacitación de nuestros recursos humanos logra equiparar la eficiencia productiva de nuestras empresas con aquellas localizadas en los principales países con industria textil.
Sin embargo, esta notable eficiencia productiva sectorial se licúa frente a la no competitividad sistémica que caracteriza a la estructura económica argentina.
La enorme carga fiscal, que detenta niveles ya incompatibles con el desarrollo de cualquier industria nacional, el costo del capital, las altas tasas de interés, el escaso desarrollo del sistema financiero local desarticulado de las necesidades del entramado productivo, los incrementos en los costos de la energía, la escasa infraestructura logística, la endeble plataforma de la agenda de ciencia e innovación y los debilitados sistemas de educación y salud públicos hacen que, lo que eficientemente producimos al interior de nuestras plantas industriales llegue a precios no competitivos a nuestros consumidores.
No hay tecnología de última generación en el mundo, ni aplicación de modernos procesos y procedimientos industriales, que puedan compensar los sobrecostos que se derivan de la vigencia de estos factores que integran la agenda de no competitividad sistémica de nuestro país.
Estamos transcurriendo un momento de cambio trascendental dentro de la historia de la industria, que determinará nuestro papel y lugar dentro de la organización de la producción mundial.
A nivel de nuestra industria, la aparición de nuevos avances y desarrollos aplicados al material textil combinados con el empleo de las nuevas herramientas tecnológicas y de interconexión adaptadas a la producción, promete la aparición de nuevas formas de negocios y organización de nuestra actividad manufacturera
La coincidencia del contexto económico negativo a nivel local y de este proceso de cambio tecnológico mundial, no debe demorar decisiones de políticas productivas que nos permitan resolver cuestiones del pasado y poner en marcha las herramientas necesarias para enfrentar estos cambios.
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